Y de repente te levantas por la mañana sin saber que pasará ese día, y de repente el día comienza, y solo haces lo que siempre haces por que así son tus días, por que sabes cual es tu rutina, por que siempre ha sido así y no has pensado cambiarla, por que si cambias algo solo será el camino hacia el paradero, pero no piensas en nada nuevo.
Pero no te imaginas que ese día será completamente distinto, por que no sabes que ese día conocerás a alguien que cambiará tu vida por completo, por que no sabes que el destino tiene preparado para ti un encuentro perfectamente casual a la vuelta de la esquina.
Y solo estás caminando, mirando al piso y pensando en la vida perfecta, en esa que pensamos por lo menos tres veces a la semana, estás con los audífonos puestos pero sin embargo no te has dado cuenta que canción está sonando, solo sigues pensando y las imágenes siguen rondando en tu cabeza, pero lo que no sabes es que como tú, hay alguien caminando hacía tu encuentro, de la misma manera, distraída y pensativa; y en los próximos segundos dos mundos chocarán, dos vidas se cruzarán sin saber que aunque sus cuerpos se alejen a los segundos, sus almas se habrán quedado ahí, en esa esquina, juntas, mirándose atentamente y aunque creas que solo fue un accidente gracioso o vergonzoso, es solo el comienzo de una aventura que no sabes como continuará pero a medida que pase, ya no la escribiré yo, la escribirás tú, le pondrás tildes y comas y cuando quieras ponerle el punto final, será tu decisión. Y ese día será cuando menos lo esperes.
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