Mis memorias

 Las calles vacías de noche y yo con los audífonos a todo volumen, a pesar de que varias veces he dicho de que es bueno el silencio, me ganan esas ganas de ponerle soundtrack a mis caminatas.
A veces no quiero escuchar a nadie mas que a Freddy haciendo unos altos como solo él sabía hacerlos, que me perdonen las aves de mi vecindario, cantan hermoso pero esta noche no quiero escucharlas. 
Camino mirando al suelo como lo hacía antes, en algún momento de mi vida me dije a mi misma que tenía que ir por la vida mirando en alto porque me iba a maravillar con lo que me encuentre, pero esta vez las líneas constantes de la vereda son mejor compañía que los edificios de color repetitivo de mi barrio.
¿No les pasa que sienten que las ideas vienen mejor si la cabeza está agachada? o quizás son solo ideas mías para no mirar a los ojos a nadie, a veces siento que mi mirada puede dañar a alguien aunque ese alguien no sepa que no lo hago a propósito, lo siento pero no puedo ocultar lo que siente mi alma, mis ojos son ventanas como muchos dicen por ahí, puedes tratar de ponerte una máscara de felicidad pero los ojos siguen reflejando la mierda que llevas por dentro y no quiero que otro la vea, es eso.
El aire está tibio o es que la casaca que llevo es muy gruesa para esta temporada, pero siento calor cuando empiezo a pensar demasiado, creo que es por tantas cuadras que ya he caminado en realidad, muchas veces me imagino caminando y caminando solamente para despejar la mente pero siento que jamás podré hacerlo como yo quisiera porque probablemente terminaría en las playas de Brasil con las suelas hecha añicos.
Quiero gritar, quiero llorar, quiero reír, pero creo que es imposible hacerlo al mismo tiempo todo o por lo menos fuera de casa, porque lo más probable es que llamen a la policía por alterar el orden público.
Lo siento, la verdad es que no se que quise empezar a escribir y menos se ahora que cosa terminé escribiendo, casi casi como mis caminatas sin rumbo.